Me costó creer que sería posible encontrar buenos sentimientos en las personas del mundo de ahora. De apoco, iban desapareciendo de mi. El mundo de ahora te obliga a sacar la peor parte de ti, que se escondía en el fondo de ti, o en otras personas, ese era su modo de ser. Pero me encontraron; él me encontró. Con esos fugaces ojos azules y esa sonrisa de lado. El fue culpable de crear sentimientos de mi parte hacía él. Yo fui culpable al no negarme. Y al final, somos culpables de todo lo que sucede. Tomamos decisiones, para bien o para mal. Ya las hicimos, y estas causaron nuestra destrucción.