Dicen que una persona tiene tres grandes amores en su vida, el primero es prácticamente irreal, atraviesa como un huracán destruyendo todo, dejando a su paso una estela de enseñanzas impalpables, recuerdos agridulces y un sin sabor en la boca. El segundo amor es una tormenta, absorbente, penetrable, insistente, que te arrastra, te desestabiliza. Es aquel que no puedes soltar, del que te aferras con uñas, al que vas a tientas sin saber el final. Conociendo el peligro, saboreando la traición.
Hoy quiero contarles una historia, una historia que lejos de ser perfecta fue jodidamente impredecible, interrumpida, inimaginable.
Hoy quiero contarles esta historia, porque de todas formas, mi tercer amor no ha llegado.
Cuando no es suficiente un punto y coma, llega el momento de ponerle un paréntesis a tu vida
Arthur Zaens, un multimillonario frío y desalmado que ha vivido en la oscuridad desde la desaparición de su esposa, dejándolo solo con sus dos hijas gemelas. Desesperado por encontrar una niñera que cumpla con sus estrictas expectativas, Arthur conoce a Lía, una ex escritora y editora recomendada por un amigo. Aunque su relación comienza de manera conflictiva, con discusiones y malentendidos desde su primer encuentro en un bar, Lía se convierte en la persona que poco a poco transformará la vida de Arthur y de sus hijas, desafiando su frialdad y cambiando su mundo para siempre.