Después de mantener una relación bastante tóxica con su madre, Marina Lúa decide cursar la universidad muy, muy lejos de ella. En la Ciudad de México, tratará de huir impacientemente de la fatiga de tener que cuidar de su progenitora, sin pensar que, además de una fuerte conexión musical con el hombre que la engendró, encontrará que hasta los más crueles venenos se pueden convertir en antídotos para salvar la vida. Música, misterio y profundidad son todo lo que Alan, un amigo de Aarón, su padre, le proyecta; e incansables sentimientos encontrados, cuando se trata de que él le hable de sus raras manías y sus secretos, con los que no se cree capaz de lidiar.
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La primera versión de esta historia fue escrita en 2014.
Está debidamente registrada en el archivo de INDAUTOR, México.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...