--No puedes ser... No... ¡No puede ser!- La voz se quebró y sus ojos también. --Lo siento André.- Le dijo el mayor mientras miraba el piso intentando asumir lo que pasaría. --¡Haz algo entonces! ¡No puedes dejar que pase! ¡Y por qué no me dijiste antes!- André agarró del chaleco al mayor. No aguantaba más, una pesadilla, un infierno se estaba haciendo realidad.