Hay momentos en la vida en donde crees que todo está bien, en donde la rutina es algo bueno y no necesitas a nadie más en tu vida. Pero a veces tu vida cambia de un día para otro, y tu forma de vivir se convierte en una que nunca pensaste en tener, en donde puede salir a flote quién eres en verdad. En donde la llegada de una persona en particular hace que puedas salir de esa "burbuja" en la que tú misma quisiste estar y estuviste tanto tiempo, ese alguien que necesitaste siempre, ese alguien que saca lo mejor de ti a pesar de las diferencias y dificultades que pueden tener, ese alguien que hace lo imposible para verte bien, ese alguien que te enseña que es realmente ser amada, que te muestra la confianza y la felicidad, que siempre saca lo mejor de ti, que revuelve todos tus sentidos y emociones, y que a pesar de las dificultades que se van presentando hace que todo valga la pena. Cuando menos lo piensas él se convierte en la persona por la que darías todo de ti para hacerlo feliz.
Es increíble pensar en como sólo con la llegada de una persona puedes darte cuenta que estuviste equivocada por mucho tiempo, que las personas que pensaste que eran importantes y que solo las querías a ellas para sentirte bien, eran solo personas que te hacían daño. Personas que sacaban ese lado de ti que realmente no te identificaba, personas que te "hacían feliz" solo con engaños y aunque cueste, en algún momento hay que aceptarlo, aunque duela.