-3:01am. No es cierto, ¿verdad? Todos han estado mintiéndome. Es una broma, ¿no es así?
...
-3:27am. Estoy segura que nada de lo que ellos dicen es verdad. Nada.
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-4:03am. Mierda. ¿Será cierto? Y si lo es... ¿por qué sigo aquí? ¿Por qué no me he ido yo también?
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-4:46am. Dijo que no debía temer. Dijo que esperaría por mí el tiempo necesario. Hasta mil años, si era necesario...
Es de madrugada y, como pueden ver, Camille no sabe nada sobre él. No tiene idea de lo que ha ocurrido. O si quiera, si ha ocurrido algo.
Pero, no pudo haber ocurrido nada, ¿o sí? Si así hubiese sido, Camille lo habría sabido. Habría sentido ese vínculo... ese pequeño hilo que los unía, romperse. Y ella se habría desmoronado también.
Su vínculo no era sólo debido al gran amor que sentía por él. No. Iba más allá. Más allá de lo que ella, él o ellos, pudieran explicar... pudieran, si quiera, comprender.
Andy siente que todo le sale mal: acaba de ser rechazado por la chica que le gusta y necesita ayuda urgente para aprobar sus exámenes o tendrá que recursar en las vacaciones de invierno. Para colmo, su madre le consigue el peor tutor de todos: Edward, el chico más grosero, antipático y con fama de ser homofóbico. El escenario no podría ser peor.
Sin embargo, con cada tutoría, descubre que Edward es todo lo contrario: es amable, divertido y está secretamente enamorado de otro chico de la escuela.
Andy, al descubrir que Edward no es lo que todos piensan, decide ayudarlo con consejos de conquista a cambio de las tutorías, no obstante, a medida que pasa el tiempo, la relación entre ambos se fortalece. Mientras Edward sigue los consejos de Andy y parece que está conquistando al chico que le gusta según sus propias palabras, Andy comienza a cuestionar sus propios sentimientos.
¿Podrán conseguir la conquista perfecta o descubrirán que el amor verdadero está más cerca de lo que imaginaban?