Drarry/Harco.
Draco había desarrollado una extraña obsesión con Harry Potter desde que lo conoció en la tienda de túnicas de Madame Malkin. Obsesión que se intensificó luego de que Harry declinara su oferta de amistad en aquel vagón de tren rumbo a Hogwarts, hace casi siete años.
Estaba de más decir que su encaprichamiento se había vuelto dañino para todos. Draco se dedicó, por años enteros a observar cada movimiento, cada palabra de Harry para usarlo en su contra y complicarle la vida. Delatarlo cada que se escabullía de su sala común con ayuda de Peeves, hacer botones ridículos para boicotearlo y alterar sus pociones para que Snape lo castigara eran algunos de sus tontos intentos de sentirse superior.
La gente los llamaba rivales, pero no había nada en lo que pudieran rivalizar, ni si quiera en el quidditch. Harry era bueno en todo lo que Draco era mediocre y al revés. De alguna manera esa era su dinámica; ganar, perder, bromas infantiles y burlas. Nada más, nada menos. Draco, quién siempre había querido algo más lo entendía muy bien.
Por eso, cuando Lord Voldemort apareció entre la neblina matutina, el humo y el polvo de la guerra, con una enorme sonrisa en su horrible rostro, Draco no pudo mover un músculo. Nadie había dicho nada, pero él de alguna manera lo sabía.
Estaba muerto.
Pero tal vez había una forma de salvarlo.
#1 Drarry (8 SEP 2018)
#2 Drarry (1 JUL 2018)
Ilustración de @nina (twitter)
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero