Él llevaba toda su vida dormido, o al menos gran parte de ella, ajeno a todas las cosas maravillosas que se estaba perdiendo y sumergido en un estado de completa oscuridad. Sólo necesitaba una pequeña sacudida, algo que lo trajera de su sueño sin fin. Aunque jamás pensó que el mejor remedio lo encontraría en su sonrisa.
Ella era un alma libre. El día soleado capas de acabar con una noche eterna, paz, tranquilidad. Era amor. Una extraordinaria joven bohemia que jamás pensó que tendría en sus manos el despertar de un perdido.Todos los derechos reservados