Mediante cartas desde que mi hijo se anunció decidí explicarle la complejidad que para mi significaba convertirme en madre, las dudas, ilusiones, temores, errores, alegrías y sin sabores que durante casi dos décadas la maternidad me ha permitido experimentar. El intento de ser la "madre perfecta" me lleva a reencontrarme con la mujer que habita en mi, a romper paradigmas y a descubrir que la perfección está en compartir a su lado la experiencia de vivir, de volverme resiliente ante algo más no previsto: la enfermedad y la discapacidad.