Siglo XIV. La ciudad de Barcelona se encuentra en su momento de mayor prosperidad; ha
crecido hacia la Ribera, el humilde barrio de los pescadores, cuyos habitantes deciden construir, con
el dinero de unos y el esfuerzo de otros, el mayor templo mariano jamás conocido: Santa María de
la Mar.
Una construcción que es paralela a la azarosa historia de Arnau, un siervo de la tierra que
huye de los abusos de su señor feudal y se refugia en Barcelona, donde se convierte en ciudadano y,
con ello, en hombre libre.
El joven Arnau trabaja como palafrenero, estibador, soldado y cambista. Una vida
extenuante, siempre al amparo de la catedral de la Mar, que le iba a llevar de la miseria del fugitivo
a la nobleza y la riqueza. Pero con esta posición privilegiada también le llega la envidia de sus
pares, que urden una sórdida conjura que pone su vida en manos de la Inquisición...
La catedral del mar es una trama en la que se entrecruzan lealtad y venganza, traición y
amor, guerra y peste, en un mundo marcado por la intolerancia religiosa, la ambición material y la
segregación social. Todo ello convierte a esta obra no solo en una novela absorbente, sino también
en la más fascinante y ambiciosa recreación de las luces y sombras de la época feudal.
Viserys Targaryen nació con sangre de dragones y, sin embargo, vivió su vida en el exilio. Era un príncipe con un reino perdido y un legado que se desvanecía, un bastardo inmaduro que murió de una muerte lamentable. Desafortunadamente, esa misma muerte me estaba esperando ahora... mientras me encontraba en su cuerpo justo antes de que el oro fundido me fría el cerebro.
Sí. Que le jodan a Khal Drogo y a la corona fundida.
Con los recuerdos de otra vida, en este mundo de traición y juramentos rotos, tuve la oportunidad de forjar un nuevo destino para mí. Armado con el conocimiento del futuro, mi propia astucia y [el Sistema del Dragón], tomé la decisión de huir de los bárbaros Dothraki y recuperar lo que era legítimamente mío.