-"No todos los niños son iguales y el reformatorio Orba Signa lo sabe, por eso invitamos a los elegidos a nuestras instalaciones. En el transcurso de este semestre serán entregadas las invitaciones. Esperenlas con ansias, nosotros sabemos si las necesitan"- El silencio fue abruptamente interumpido por una oleada de aplausos y algarabía, mientras que el hombre castaño de unos treinta y tantos años salía sonriente de aquel salón, orgulloso de aquella transmisión televisiva tan fructiva. -Ah, mis queridos niños pronto nos veremos.-Dijo sarcásticamente aquel hombre, admirando múltiples pantallas, las cuales mostraban a doce niños en sus rutinas diarias. El misterioso hombre se carcajeo al observar el sufrimiento del primer niño. Oh, pequeño Aries.All Rights Reserved
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