Otabek Altin, un joven de 15 que se mostraba escéptico siempre que se le hablaba de convivir con otras personas, no es porque las odiaras, pero prefería no lidiar con nadie que no fuera el mismo. Sonaba egoísta, pero era mas sencillo de manejar. Pero llegó él, y lo hizo obedecer como si de un hechizo se tratase...