-¿Por qué sacrificarlo todo por un imposible?- preguntó la bruja al mago. El famoso ladrón sonrió a pesar de la gravedad de sus heridas y caminó hacia ella. -Bella Akako-dijo antes de detenerse por el dolor -Aún no lo comprendes.. - habló acomodando su sombrero y mirándola con su ya conocida cara de poker. -Claro que lo comprendo, dime: Un amor inalcanzable ¿es imposible? -Nada es imposible. Y si así fuera, estoy dispuesto a volverlo posible.. -¡Eso no es cierto!-lo interrumpió una vez más -Un amor que no puedas alcanzar... No existe. Si no tiene un final feliz, ¡Es mejor que desaparezca!-Gritó la bruja antes de enviar al mago a otra de sus ilusiones. Una en la que no es posible distinguir la fantasía. -y si no puedo tenerte, entonces desaparece, Kaito.- susurró al tiempo en que la figura del ladrón desaparecía por completo. -¡¡Kaito!! - Gritó el famoso detective Shinichi Kudo desesperado, golpeaba la gruesa capa de cristal deseando que se rompiera y en medio de su desesperación vio a la bruja observarlo con odio. -Y en cuanto a ti. - volvió a hablar la fémina mirando al detective cautivo por el espejo. - Ya me encargaré de que olvides a mi Kaito. Todos los problemas que me han causado desaparecerán junto contigo..
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