Ella conoce la oscuridad que alberga en su interior, conoce el miedo que ahoga las almas de sus víctimas antes de hacerlas sucumbir. Le agrada saborear la amargura de la muerte y no le importa en absoluto lo erróneo o lo correcto de la vida, ésta le ha arrebatado más de lo que ella le ha podido recuperar. Está consciente de que no tiene salvación alguna... si es que la hay, pero no podrá pensar lo mismo del monstruo que le han encomendado dominar; aunque actúe contra sus propias normas no podrá matarlo y no por el hecho de complacer a su cliente, sino por la única razón de que él puede ver más adentro de su oscuridad que ella misma. Nadie puede ser más sombrío que ella. ¿Él sí?