La aristocracia del siglo XIX era un real fastidio, siempre debías estar pendiente de tu imagen, tus palabras, tus acciones, tu comportamiento... porque, si no te cuidabas, en poco tiempo críticas hacia tu persona se escucharán de boca en boca dejando tu imagen en un poso sin fin. Es algo muy cruel pero esa era la realidad, esa es la realidad.
Para Adeliza Gwendolyn el nacer en cuna de oro es un completo chiste, el venir de una familia de marqueses respetados es algo intolerable, el sufrir a pesar de sus prestigios es algo irónico. Ella no es la misma dulce niña de doce años, ya tiene diesciseis, ya es madura, no es ingenua, ya aprendió a ver la vida de otros colores y no sólo de rosa. Ya aprendió a ser hipócrita.
La época victoriana está llena de secretos que se silenciaron con mentiras ¿estás listo para descubrir lo que siempre se ocultó? Entonces, Bienvenido seas a este recorrido del infierno, pero, cuidado con nuestra aguda hipocresía infernal, es preferible que te quedes en un silencio sepulcral.
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Todos sus sueños rotos, toda su fe desvanecida, todo ese dolor la quema. Pero a pesar de eso aún camina en la noche sabiendo que nadie la cuida, envuelta en promesas que nadie guarda. Recuerda una y otra vez esa noche, ese sufrimiento la invade cada día aumentado su sed de venganza.
Un mayordomo la acompaña, a su lado cual fiel sirviente, o eso es lo que quiere creer, está ansiosa de descubrir al causante de sus tormentos, desea la verdad a tal grado que dio todo, todo lo que tuvo anhelandolo inmediatamente y sin complicaciones. Pero nunca se debe decir eso cuando tienes seres sobrenaturales a tu alrededor.
La muñeca ya no quiere tener dueño, la muñeca quiere dominar, la muñeca de porcelana se tapó sus roturas y empezó a lesionar a los demás. ¡Al demonio los prejuicios! ¿Qué literal, no?
Visenya es la hija mayor de Ser Harwin Strong y la princesa Rhaenyra Targaryen, sus cabellos claros hicieron que pase desapercibida pero su naturaleza violenta y hermanos castaños provocaron el rechazo de los demás, siendo la favorita de su abuelo, el rey Viserys y, volviéndose la obsesión de su tío Aemond, un hombre frío y calculador.