Ella estaba acostumbrada al misterio, sangre, furia y maltrato. Asesinaba para ganarse la vida y no le parecía mal. Su pasado la atormentaba cada noche que estaba sola, sin sus dos amigos cerca, pero terminaba pensando que todo iba a estar bien.
O eso creía.
Luego de que William falleciera, la vida de Nina se ha vuelto un rollo, la mayoría de cosas le salen mal, y para colmo, no sabía qué hacer con el nuevo y extraño sentimiento que tenía dentro cuando lo conoció.
Cada vez que piensa que algo ya está resuelto, no lo está, y vuelve a esforzarse para hacer todo bien, con armas o sin ellas.
Eso sí, no estaba acostumbrada al amor, porque después de todo, sentía que era un amor asesino.
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