Su cara pálida no expresaba sentimiento alguno, pero al ver sus ojos pude ver un brillo diferente, uno donde me pedía que le hiciera tener el mejor orgasmo de su vida. Sin pensarlo más me avalanse sobre ella y la bese, tan apasionadamente que su cuerpo temblaba al sentirme, ese pequeño juego de labios demostraba que ella me extrañaba tanto como yo a ella. La tome del trasero y la levante, ella aferró sus piernas a mi cintura, me empece a mover hacia adelante haciendo que su espalda chocara contra la pared, podía sentir lo mojada que estaba y eso me exitaba mucho más. Empecé a trazar pequeños círculos encima de sus bragas, ella en pequeños susurros me pedía que la hiciera suya, pero no lo quería así. Joder, nunca unas bragas habían dado tanto de si.