Uno no elige de quién se enamora, y eso es un hecho. Pero eso no quita que no poder escogerlo sea una auténtica mierda. Además, las cosas se complican mucho más si tu amor secreto es el novio de tu madre. Oops, sí, el novio de tu madre. Obviamente, nadie vería con buenos ojos ese romance, eso es seguro. Sin embargo, como ya había dicho, nadie escoge de quien se enamora, ¿no?