-Esto es solo tu culpa.- Me susurro al oído, y me odie por ellos, porque a pesar de todo lo que estaba ocurriendo, su ronca voz me hacia desearlo aun mucho mas. Cerré los ojos y deje que su voz se filtrara en mis sentidos, jadee cuando chupo el lóbulo de mi oreja. ¡Maldita sea! Soy tan débil ante el.
-¿Culpa mía? -Le pregunto y seguido se me escapa un gran gemido de placer. Trato de voltear el rostro y verlo, pero el no me lo permite ya que, me embiste con fuerza. Las rodillas se me flaquean de placer.
-Si, muñeca.- Susurra en mi cuello haciendo un chupeton.- Todo este juego ha sido tu culpa.- Susurra. Quisiera tanto que me besara en los labios, pero desde que empezó el ''juego''. Ni he probado su esencia, ni le hecho una mamada, ni si quiera un beso. Es tanto el misterio que ni siquiera lo he visto al rostro. Solo he dejado que me folle a espaldas, pero sin verlo o tocarlo.
-No entiendo.- Digo con la respiración a mil. Otra embestida mas y siento los hilos de sangre resbalarce por mis muslos.
-¡Pronto lo harás!-Susurra. Pierdo la conciencia.Todos los derechos reservados