Toda gran creación siempre pasa por una fase de pruebas, una que puede terminar bien como puede terminar mal... Pero eso no lo detendría. Después de todo hablamos del Mago Gowther...
Tras la muerte de su amada Glariza, el demonio busco un modo de crear algo, un ser, cuya apariencia se asimilara a la de su amada para mantener así su memoria viva. Entre pruebas y errores, dos de sus creaciones fueron notablemente superiores, eran perfectas, así las describiría él, una un muñeco creado con la imagen de su querida Glariza y el otro un ser creado en base a un slime del reino demoníaco que surgió de su búsqueda por un material para crear al muñeco al que bautizo igual que él, mientras que al otro ser le llamó Eirian.
Gowther se convirtió en los ojos y oídos de su creador fuera de su prisión, mientras que Eirian era quien reunía información de aquel exterior que anhelaba ver de nuevo.
En un de sus muchos viajes para recabar datos, Eirian, cuyos cabellos negros resaltaban contra lo pálido de su piel, se topó con un miembro de la Raza de las Diosas, aquella contra la que su gente luchaba diariamente, pero la curiosidad puede más que el miedo y lo que fue un encuentro casual de dos extraños se transformó en dos, luego en tres, y así hasta que esa relación se fortaleció...
Claro que nada es perfecto, nada es color de rosa, pero siempre quedan los recuerdos, pues eso era lo único que Eirian tenía tras la "muerte" de Mael. Desconsolado por esto el pelinegro encontró consuelo en los brazos del hijo de enmedio del Rey Demonio, Estarossa.
¿Vaya giros que da el destino, no?
Sin embargo ese no sería el único giro irónico que el destino daría...
" ∆~•~∆ " ←Este símbolo indica cambios de narración de personaje
Portada hecha por: @_AnAirad_