Jack no era como sus demás compañeros de clase. El tenía problemas de ira, que se le hacían casi incontrolables. Su forma de ver el mundo le hizo ganar el odio de muchas personas, y su manera de pensar, el de su familia. Una serie de cambios lo hace recapitular su vida, y sus amigos los ayudan a superar sus problemas, pero un hecho que lo cambia por completo, desata al demonio que Jack lleva adentro. "Lágrimas de sangre caerán cuando yo muera" había dicho su madre, pero otro acontecimiento sería el que lo haría derramarlas. La locura acecha al incorpóreo, y lo sume en un mundo de desesperación y angustia. Todo queda en desgracia, y el joven solo piensa: "TODA LA ESPERANZA SE HA IDO"