Siete, siete días me bastaron, siete para salir de mi agonía, siete días de gran fatiga; y uno más, por el gran trago amargo que me hiciste pasar. Andrómeda, tan real y bello, tan pudiente y elocuente. ¡Oh! Andrómeda, tan lejana y desperdicia, desconocida y a la vez tan hablada, sobre ti, siempre rumores, como era el diario después de lo que le sucedió a mi gran amor.All Rights Reserved