Hacía ya varios días en los cuales aquel chico no salía de su habitación, la puerta estaba cerrada con llave y antes de encerrarse había llevado con él la llave que abría su habitación; no sabíamos dónde estaba, si se encontraba en su cuarto, si había llevado con él alimento y agua, no sabíamos si seguía con vida; no sabíamos nada de él. Desde que el chico se encerró mamá y papá se acercan a la puerta y piden que abra de esta, la habitación está inundada de silencio y soledad, nadie contesta. Mamá deja comida fuera de la habitación del chico, no sale, ni si quiera contestar a nuestro llamado o mas bien el de mamá y papá. Solo quieren saber si sigue vivo, ellos siempre se han preocupado de más por él, siempre fue El Niño de mami y de papi. Siempre hubo comparaciones entre él y yo, él era más inteligente, ni daba problemas, en cambio yo, no llevaba buen promedio, siempre tenia alguna razón para que el señor que mantenía la casa me regañara, y me hiciera sentir como si no valiera nada. Yo podría ser esa hija que todos quieren, pero nunca lo fui y nunca lo seré.