Sería cuando el sueño colapsa en debilidad sobre los detalles, y eso se sume o reste, que Simón se toparía de casualidad con una vía de escape. Dormir cedería la batuta del descanso, dormir con Olivia o con él mismo, tal vez también con algo más de él que se le iba de las manos. Inmiscuir su naturaleza en la ajena; terminaría en el charco de su fantasía, se daría chapuzones constantes y estaría la ambición tras bambalinas. Viajes y regresos, intercambio de idas y retornos. Solo quedaría manipular las fronteras de la pluma y el papel, eso y tanto, tanto tiempo.