Ella era simple y torpe, él era complicado y audaz, a ella le apasionaba la danza, a él le apasionaba el Basketball
Se pueden nombrar un millón de cosas distintas, pero algo en común había, como estos dos individuos distintos se unían, un pensamiento, una leyenda, los hilos rojos.
Cuenta la milenaria leyenda oriental sobre los hilos rojos del destino, un hilo invisible el cuál une a dos personas, que sin importar en que circunstancias, tiempo, lugar, etcétera, están destinados a encontrarse.
El hilo se puede estirar, enredar o contraer, pero jamás romper.
Esta creencia es su propio hilo rojo, por la cuál están unidos sin saber la existencia del otro, pero lo saben, lo saben con certeza, saben que el día que se encuentren, podrán ver el hilo rojo uniéndolos.
Una bailarina y un jugador de baloncesto, creyentes de aquella leyenda, suena a película, donde se encontrarán y se enamorarán, espera, ¿Enamorar? ¿Se llegarán a enamorar? Están unidos por el hilo rojo, pero, ¿Pueden dos personas completamente distintas enamorarse?
Secretos que pesan más que los suspiros, dos corazones agonizantes anhelando ser salvados, aquellos corazones heridos que buscan una cura, al otro.
Unidos por una conexión que desafía las barreras del tiempo, descubren que el amor puede florecer incluso en medio del caos familiar que los rodea.
Mientras ambos luchan por encontrar su lugar en un mundo donde sus caminos no pueden cruzarse, las cicatrices ocasionadas por sus familias y los fragmentos de un amor perdido los persiguen. ¿Es posible soltar a quien una vez fue tu todo, aún cuando el destino parece decidido a mantenerlos separados?
Un amor, una pérdida y segundas oportunidades que demuestra que, a veces, lo más valiente es aprender a decir adiós.
Pero, ¿Crees poder despedirte del amor de tu vida?