Escuchar el nombre del Emporio Empresarial Miloslavzki te daba a pensar una cosa: Poder. Pensar en Ameia Miloslavzki sólo te dará un sólo sentimiento: Miedo. -Pensé que te habías enamorado de mi -Dijo el hombre envuelto en las sábanas que habían sido testigo de tal asalto esa noche. -Me sorprende que tuvieras tal cualidad para razonar, solo que la única vez que pensaste te equivocaste. Salió dejando a un gran confuso hombre, prendado de tan divino Angel. Donde el sabía que era la primera y última vez que la veía. Amame, tememe u odiame, pero nunca me vas a olvidar. Ameia Miloslavzki