Había una rosa, era muy linda así que me la quede. La guarde y cuide como si fuera mi alma. Entrando a clases veo un chico con rulos venir, observo que se dirige a mi rosa. -¿Te gusta?- le pregunto inocentemente. El no parece escuchar, parece distraído. Lo ultimo que veo es como encaja una daga en mi rosa.