Esta amarga lengua conozco tus calles, ciudad bienamada, conozco los demonios y los ángeles que se congregan y se posan en tus ramas igual que pájaros. Te conozco, río, como si fluyeras por mi corazón. Soy tu hija guerrera. Hay letras hechas de tu cuerpo igual que una fuente está hecha de agua. Hay lenguas de las que tú eres el anteproyecto y a medida que las hablamos la ciudad se alza.