Lion está a punto de mudarse, otra vez. No obstante, este cambio definitivo en su vida le revelaría una verdad absoluta ligada a su destino: su origen. Cuando conoce a una chica en su nuevo colegio (Ana Goodman) con quien, en momentos, siente una irresistible atracción física, y a dos chicos (Ariel y Hermes Grum), a quienes él considera sus enemigos inmediatamente. A tal punto, que el llamado a la pelea, especialmente con Ariel, resulta abrumadoramente confuso e intenso, como si una fuerza invisible los impulsara inexorablemente a una lucha a muerte. Sin imaginarse cuanto lo uniría esto con ellos, y la vertiginosa odisea que les traería como consecuencia dicha enemistad, se enfrentan. Odisea a su vez secuela de la agitada vida de su fallecido padre, quien al sacrificarse por su familia, le heredó los peores adversarios que podía imaginar. Ahora deberá enfrentar sus miedos, probar su valor, y medir su fuerza para controlar un inimaginable poder con el que podría destruir el planeta. Porque en realidad... Lion no es humano.