Tenía sus ojos café clavados en mí y juro que no existía nada mejor que esa sensación. Sonreí, algo tímida a medida que se acercaba, con seguridad, hasta el punto de chocar su frente con la mía. Sus manos se deslizaron desde mis hombros, recorriendo lentamente mis brazos, logrando erizarme por completo la piel, hasta alcanzar mis manos. Las rodeó con delicadeza para luego entrelazar nuestros dedos y volvió a mirarme a los ojos, con una mezcla perfecta de deseo y ternura. Acorté la poca distancia que había entre los dos y me detuve apenas nuestros labios se rozaron. Él sonrió levemente ante el contacto e inmediatamente soltó mis manos para agarrarme con fuerza por la nuca. Entreabrí los labios como dándole permiso y no demoró ni dos segundos en acercarme más a él para por fin capturarlos con necesidad. Tuve el impulso de (...) ________________ Novela Orian!