Estamos muy cerca.
Nuestras respiraciones van algo más rápidas de lo normal, le miro a los ojos, su color es perfecto brillaban cuando se juntaban con los míos.
Observo sus labios su curvatura es perfecta, son tan rojos como la sangre.
Cada vez nuestras cabezas están más cercas que de normal.
El corazón comienza a palpitarme cada vez más fuerte como si quisiera saliese de mi pecho, siento algo que nunca he experimentado.
Posa sus manos sobre mis caderas, las mías se agarran a su cuello.
Nuestros labios se juntan, nuestras lenguas chocan, el corazón cada vez más fuerte.
Nos separamos un poco con un beso fugaz, siento que no me quiero separar de él.
Entonces lo supe que yo......
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Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.