Con un vida perfectamente normal y controlada, Lucía se sentía completamente cómoda y feliz. Pero lo que no sabía es que el destino llega en forma de Vorágine a arrasar con todo y provocando que solo las cosas buenas y firmes quedan intactas.
En cambio Federico, dista mucho de tener una vida normal. Acostumbrado a vivir rodeado de dolor y mantener una apariencia feliz decide que fue suficiente para él, no es la vida que desea.
Y sin quererlo, sin pensarlo, Federico y Lucía se encuentran. Ellos no lo notan, o tal vez no quieren hacerlo, pero...
Son perfectos el uno para el otro.
Pero solo el verdadero amor se hace fuerte en la Vorágine de la vida, ¿Lo lograrán? ¿Podrán enfrentar sus miedos? ¿Vencer prejuicios? ¿Animarse a soltar el pasado? ¿Animarse a... Creer?
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.