Sábado 12:47 am
Prendí un cigarrillo, de aquellos, tus favoritos. Miré sigilosamente algunos recuerdos, de aquel día primero en el que conocí a aquel curioso e interesante hombre, aquel encuentro tan casual me tiene repleta de emoción. Al día de hoy, el saber que ese sentir que llena, que cobija el alma del frío de las madrugadas ha mantenido desde entonces cálido este nicho del que nacen sentimientos de los más profundos abismos del corazón; este hombre provoca palabras, predico versos en honor a su alma con aquel toque cósmico de un amorio que enreda con tela de seda colorida, con un cielo obscuro iluminado por el brillante que esconden sus ojos y frunce el seño sin habla, ahí no falta nada ¡no hables, no lo intentes, no digas nada! Sus ojos se convierten en su boca, el idioma aún no descubierto; intento no perderme entre el místico encuentro de miradas palabreando en silencio, pero instantes antes estaba perdida, entre aquel hombre, su aroma, sus lunares que guían a un planeta jamás descubierto, el viaje astral más fugaz, tan corto, pero suficiente para conocer un universo en un humano tan completo; no le falta ni una gota de nada.
Y el cigarrillo se consume, tiene un sabor a el; el sabor a saber y conocer el amor.
Tras ser vendida. Ophelia ha vivido un infierno durante años; Sin embargo tras ser sacada en ese infierno finalmente pudo encontrarse con su amiga, cuando pensó que las cosas no podrían ser mejor, apareció ese hombre para arrebatarle todo en solo un instante.
Nikolay es el dueño de todo Italia un hombre bestia y de corazón de piedra, tras haber pedido el amor de su vida, Pero jamás pensó que volvería a encontrar una mujer que tuviera las mismas características del amor de su vida.