Cuando Valentina Kafieri Gautier dio a luz a su hijo, no pudo mirarlo ni siquiera, lo aborrecía por ser fruto del acto más bestial que una mujer podía recibir, la violación. Ni siquiera sabía de quien era su hijo pero no le importaba, solo quería que lo apartaran de ella porque sabía que era débil y podía encariñarse con esa pequeña bestia, pero ¿Quién iba a pensar que se encontraría con su pasado de repente? Los fantasmas del pasado la atormentaban pero ya no había vuelta atrás.