Poso sus manos a cada lado del lava manos, se agacho lentamente con su pelo ya recogido. Abrió su boca y se obligo a hacerse arcadas. Los horribles ruidos llenaron la vacía casa. Sintiéndose más repugnante de lo que ya se sentía. El vomito no tardo en llegar, simplemente boto algo amarillo. Prueba de que no había comida nada. Pero ella se sentía mejor, aliviada.