Sehun vendía su cuerpo, siempre en la misma esquina, dándole caladas a su cigarro y de vez en cuando montándose en autos desconocidos para, a veces, no volver hasta la noche siguiente. Chanyeol solo se dedicaba a observarlo desde su balcón mientras comía chocolate, esperando ansioso el momento de hacerse mayor para poder tomar la piel del muchacho. |Me inspiré en la canción "pajarillo" de José María Napoleón.|