Mi nombre es Margaretha Zelle. Pero a lo largo de mi vida he sido llamada de muchas formas: Jovencita, Señorita, Señora, Esposa, Madre, Bailarina, Ramera, Prostituta, Espía, Traidora...
Nunca fue mi intención tener que llegar hasta este punto. Durante toda mi vida tuve a muchos comiendo de mi mano, pensé que podría manipular a todo el mundo... pero acabé siendo yo la manipulada. Cuando era joven, realmente joven; soñaba con tener mucho amor en mi vida, tener un esposo al que amar, hijos a quienes ver crecer, amigos con quienes pasar momentos agradables... Pero supongo que el destino nunca tuvo intención de ser tan generoso conmigo.
Mi danza es un manuscrito sagrado que plasma mi alma entera, es mi verdadera religión. Si pudiera describir lo que ha sido el baile para mí, solo diría que es mi vida.
Y aquí estoy. De pie frente a un pelotón de fusilamiento, con un Sacerdote y mi Abogado a mi lado, y una pequeña multitud de fotógrafos y periodistas tras mis verdugos, supongo que así es la vida.
Mata Hari... Tan sensual como peligrosa.