Este era un mundo aparentemente diferente al que conocemos. Un amplio número de especies míticas existían ahí, sin embargo, había algo en común con el mundo humano; la crueldad de algunos que destruía a otros. Donde la magia abundaba en cualquier criatura viviente, la ley fue creada a conveniencia de los más poderosos seres. Demonios, brujos, dragones entre otras almas oscuras, fundaron reinos sobre tierras puras que ellos corrompieron vilmente, tomando sus propiedades mágicas con brutalidad, forzando a los habitantes "débiles" a perder la vida luchando o huir lejos dejando todo para sobrevivir. Los seres de luz poseían una magia que solo usaban para su protección, sin buscar el daño hacia otros, libres de odios, rencores o venganzas. A pesar de vivir recluidos, incluso siendo cazados de forma cruel, no dejaron que el miedo y el rencor dominara sobre la bondad de sus corazones. Una lucha constante donde pocas veces había un final feliz para ambos lados.