Empezaste una guerra: hiciste temblar ejércitos enteros y te serviste de las armas biológicas para masacrarlos. Pero yo ya era prisionera tuya desde mucho antes. Atrapada en la fría celda que es tu mirada, con las cadenas que creí cosa del destino uniéndome a ti. Tú tienes la llave que nos separará. Las cuestión es si deseas usarla.