Amuleto.

Cuenta una leyenda galesa que los espíritus de la naturaleza ya no se interesan por los humanos, que han perdido la fe en el hombre y que, gracias a la maldad y el egoísmo estos seres nunca más abandonaron el alma de la madre tierra.

Pero esto no es del todo cierto, estos seres aun suelen brindar su ayuda a los mortales, claro, en casos muy peculiares.

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Agathe: _ ¿Me están diciendo que quieren salvarlo? _ Pregunto la bella hechicera con un ceño demasiado fruncido.

_ No fue eso lo que dije. _ Su frio rostro no mostro cambio alguno. _ Pero tú misma lo has dicho querida, todos merecen una segunda oportunidad._

Agathe: _ Muy bien. _ Resoplo molesta, no tenía caso discutir con criaturas tan tercas. _ Si eso es lo que quieren entonces háganlo. _ Con lentitud reanudo su marcha. _ Pero pierden su tiempo. _

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_ Ya te lo hemos dicho Gastón, debes averiguar por tu propia cuenta que es lo que has perdido, yo no voy a decírtelo. _

El moreno sintió un escalofrió al ver el par de ojos dorados tan vacíos frente a él, no tenía idea que era aquello que debía buscar ni cuanto le quedaba, ¿por dónde podía empezar? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Con quién? Tantas preguntas y tan pocas respuestas.

Gastón: _ Y..._ Aunque le costara, temía el preguntar. _ ¿Qué pasara cuando la luz del amuleto se extinga? _

Algo parecido a una sonrisa se dibujó en los azulados labios.

_ Fácil, morirás. _