Vivir con trillizos mayores no es sencillo para la pequeña Mérida, su vida pareciera estar siempre en constante peligro por la irresponsabilidad de los príncipes. Harta de su incompetencia, la reina Elinor decide que la princesa estaría mejor si obliga a sus hijos a casarse con las hijas de los clanes vecinos. Parecía una buena idea en su momento, hasta que llegó el día en el que decidirían quién sería el heredero al trono.