Entre tantas mentiras y verdades, en esta montaña rusa de emociones, de situaciones, de sentimientos, confundí muchos pensamientos, dejé de saber qué era lo real y qué no lo era. No podía, no puedo confiar en mí; y necesito respirar, esclarecerme, porque no estoy dispuesto a estrellarme otra vez. Continuación de la Doña desde el capítulo 102, los demás acontecimientos serán cambiados.