Debía dejarlo todo, debía terminar ya con esto, no marchaba ni para atrás, ni para adelante, con cada paso retrocedía y me hundía un poco más.
Tenía tantas cosas en mente que me causaba dolor de cabeza, pero nada comparado con el dolor que sentía en el corazón al dejar todo, es raro como siempre hay medicamento para todo tipo de cosas pero no para el dolor más fuerte e insoportable que es tener el corazón roto en pequeños fragmentos que no eres capaz de recoger.
Pero es algo por lo que debía pasar y era necesario sí no quiero perderme a mi misma.
Ha llegado el momento, pulsó el botón de enviar y nada puede impedirlo, lo he hecho y no hay vuelta atrás.
Deje una nota en la cómoda, puse la mochila sobre mi hombro.
Recogí mi cabello en una trenza, sostuve mi equipaje y me dirigí al Aeropuerto.