De niño lo llamaba "Mi amigo imaginario"; pero pasado los años me di cuenta que su existencia era real. Se veía completamente igual a mí, hablaba igual a mí; pero no era como yo. Por mucho tiempo me plantee la idea de que él solo era parte de mi imaginación, de que solo era una mera ilusión y que pronto desaparecería. Tantos años juntos terminé acostumbrándome que él siempre estuviera ahí. Había momentos en los que desaparecía, sobre todo cuando había mucha gente a mí alrededor, pero siempre que pensaba estar solo, él iniciaba una conversación.
Fue cuando estaba en los peores años de mi pubertad que le di un nombre. Benjamín, mi otro yo.
Elliot Jensen and Elliot Fintry have a lot in common. They share the same name, the same house, the same school, oh and they hate each other but, as they will quickly learn, there is a fine line between love and hate.