La unión de un alfa y un omega.
Un rito tan antiguo como el tiempo mismo, tan trascendental como importante en el núcleo mismo de la sociedad: Moderna o antigua, en donde dos individuos entrelazaban sus vidas en una plano mas halla del físico, en una esencia mas elemental que la existencia misma del ser, ya que dos personas se unían (con errores y defectos) para volverse uno solo para toda la eternidad.
Era un hecho simplemente hermoso de observar y vivir.
Pero como todo espectáculo, tiene también sus partes oscuras y terribles para ver.
Todos hablan sobre la ruptura de un lazo como un hecho raro y insólito, más no imposible, ya que una ruptura significa solo la transición de una pareja que no supo como llevar su relación a términos estables, un riesgo que todo ser humano especial (alfa, beta y omega) conoce desde niño, por eso las uniones entre estos grupos de seres especiales eran raros, pero las rupturas lo eran aún más.
Todos hablan del dolor del omega ante el abandono, la locura por la separación, la ira, el despecho y la muerte de la parte del alma que ha sido comprometida.
Pero, ¿ Y que hay de los alfas que han sido dañados, lastimados por el omega que amaban?, ¿Qué pasa con los alfas que han sido burlados, engañados y abandonados por la manada que habían jurado proteger?.