Jongin tenía una -pequeña- obsesión con la búsqueda de la belleza y el arte; para él, todo lo considerado hermoso debía ser capturado con su cámara. Un día, mientras iba caminando junto a su mejor amigo Sehun, logró encontrar aquella belleza que le ponía de vueltas la cabeza en un simple chico que atendía en una floristería. Sin embargo, no importaba cuantas veces lo intentara, él nunca podía tomar la belleza del chico en sus fotografías.
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