Como me gustaría que el mundo volviera a ser cursi.
Que la humanidad recuperara el sentido romántico de la vida y junto con él, la tradición de los noviazgos largos, las serenatas, las cartitas perfumadas, los apretones de manos entre las rejas de los balcones.
Cómo me gustaría vivir en un mundo más discreto y decente, donde el amor fuera una necesidad del alma y no un capricho del culo.
Pero qué le vamos a hacer; me tocó vivir en una época insensible, deshumanizada, obscena, en la que nadie respeta ya los sentimientos del prójimo.
Pero… Imagina que un día te levantas y de repente toda tu vida ha sido un sueño y ahora eres una persona totalmente diferente, en un mundo distinto.
Es como… una segunda oportunidad.
Y, si es así, ¿qué harías?, ¿tomarías otro camino distinto, o cometerías los mismos errores?
¿Te arriesgarías a no volver a estar con las personas que querías, con las personas que amabas?
Porque, por una parte, quieres que sea diferente, que el camino que eligieras fuera totalmente distinto para no volver a revivir todos los errores y todo el daño que te ha causado tu familia, tus amigos…
Y, por otra parte, no quieres estar lejos de las personas que amas, ya que dejar ir a alguien requiere coraje, porque dejar ir a alguien es borrar una parte de ti, una parte que quizá no volverá jamás…
Y peor aún; hay personas que llegan tan adentro de tu ser, que cuando se marchan no vuelves a ser igual.
No es fácil, no es simple.
Duele, pero tienes que tomar una decisión.
Entonces, ¿qué harías?Todos los derechos reservados