-¿Crees que puedes escapar? -su aliento cálido rozó mi nuca, y un escalofrío me recorrió la espina dorsal. Estaba tan cerca que podía sentir la amenaza en cada palabra. El sonido seco de la puerta cerrándose de golpe hizo eco en la habitación, arrancándome un pequeño sobresalto.
No había salida. Estaba atrapada.
-No quiero estar aquí. No quiero estar contigo -logré decir, reuniendo cada fragmento de valor que me quedaba. Me giré para enfrentarle, mirándole a los ojos. Ese fue mi error. Su sonrisa arrogante, la misma de siempre, se dibujó en sus labios.
-Mientes -susurró mientras su mano acariciaba mi rostro con una suavidad inquietante. Aun con los guantes, sentí un torrente de electricidad bajo mi piel-. Sabes que soy yo a quien realmente quieres. No puedes escapar de eso -aparté el rostro bruscamente, detestando que tuviera razón, odiando la manera en que mi cuerpo lo traicionaba.
Dio media vuelta, alejándose con una calma desquiciante, como si tuviera todo bajo control. Me atreví a respirar de nuevo, pero su voz me atrapó antes de que pudiera encontrar alivio.
-Te espero en mi habitación -dijo de repente, sin siquiera mirarme-. Te daré un motivo más para quedarte.
Todo mi cuerpo se tensó al instante. Estaba perdida.
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Nikolay es el dueño de todo Italia un hombre bestia y de corazón de piedra, tras haber pedido el amor de su vida, Pero jamás pensó que volvería a encontrar una mujer que tuviera las mismas características del amor de su vida.