Por defecto

Hay un momento en que tenemos que ser sensatos ¡coño! Sigues mintiéndome y mirándome a la cara, ¿qué pasa? Te lo digo en serio, sin gritos.
Hay un momento en donde la moral debe salir, aunque la tengas escondida en lo más profundo de tu ser, ¡carajo! Pero es que creo que piensas que soy tarada. ¿De verdad? Continuas con la cadena de palabras sin sentido para escapar de algo que es ineludible. Un consejo, dignidad príncipe, dignidad. Porque aunque es difícil que se termine el amor que te tengo, aún así necesito que tengas la certeza de que no volverá a ser como antes y yo no volveré a ser tuya.
Me rompiste sin saber que mi cualidad más grande es trabajar en los desastres y prefiero enamorarme de mis partes rotas mientras te olvido que seguir escuchándote mentir. ¿En serio vas a continuar? No voy a gritar, ni a perder el control. Estuviste durante todo este tiempo con una dama, espero que hayas aprendido. Te di lecciones gratuitas de te, ayudándote en lo posible para que te acostaras con el mundo. ¡Repito! Soy una dama, y me despediré con elegancia:
Las excusas sobran...