"-TaeHyung - el nombrado paró en secó e hizo una mueca, llegó a pensar que pasaría desapercibido, pero al parecer no fue asi.
De a poco giró para ver al peli-naranja -¿te llegó la invitación? - el rubio se quedó unos segundos confundido, después recordóaquel mensaje que vio por la mañana, claro que le había llegado, sólo que no tenía intención ir a la fiesta.
Tae iba a contestar pero vio como una chica se acercaba a la espalda de Ho, así que sólo le sonrió y le dijo "Feliz cumpleaños" para después volver a su camino.
-TaeHyung espera...- unos brazos rodearon el cuerpo de HoSeok y este volteo para a quien le pertenencian.
-¿Pasa algo? - preguntó la chica, para despues inclinar su cabeza para ver el cuerpo que caminaba hacia la salida -¡¿Es TaeTae?! - alzó la mirada hacia su amigo para ver como este movía su cara en afirmación -¿Qué te dijo? ¿Irá a la fiesta? - el chico sonrió con nostalgia.
-No lo sé, estaba a punto de preguntar, pero se fue sin más.
Ailee era su mejor amiga, la conocía de toda la vida.
Ella, Tae y él eran inseparables, las madres de los tres salían cada fin de semana y los llevaban juntos para jugar.
Todo esto cambió entrando al instituto. Ho se volvió el capitán del equipo de soccer mientras Ailee la capitana de porrista.
TaeHyung no era alguien de deportes, prefería estar en debates y cosas por el estilo, lo cual lo llevo a ser el presidente estudiantil, lo que hizo que ellos se separaran dejando a la castaña y el peli-naranja solos. No es como que quisieran hacer a un lado al rubio, pero a donde iba el equipo de soccer, iban las porristas."
"Siempre habrán ángeles en el infierno y tentaciones en el paraíso."
Polos opuestos, llamados por el destino.
Zehra una mujer con cara angelical, aura de diosa, cuerpo de infarto que irradia elegancia y clase por donde quiera que vaya.
La vida de Zehra no era para nada diferente a las demás, no hasta que lo conoció a él. A un hombre sombrío, sin escrúpulos, arrogante, y narcisista. Su vida dio un giro de 360 grados, cuando después de una larga y temerosa noche se despertó en un lugar completamente desconocido para ella.
Entonces la acción inició. Su vida ya no era aburrida, porque el peligro, los problemas, y los deseos explícitos yacían parte de ella. Aquel hombre la sedujo, el se hizo adicto a ella, la hizo su sumisa, su mujer, y la reina de su gran imperio.